Porras, churros o jeringos
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RECETA
Porras, churros o jeringos
Receta tradicional de las clásicas porras madrileñas, también conocidas como churros o jeringos, que puedes hacer fácilmente en casa con pocos ingredientes y con un resultado muy profesional.
Ingredientes
- 350 gr de harina de trigo
- 1 ½ cc de sal
- ½ cc de bicarbonato de sodio
- 350 ml de agua hirviendo
- aceite de girasol
Elaboración paso a paso
- Llena hasta ¼ de la capacidad de una olla grande con aceite de girasol y caliéntala casi a máxima potencia en el fuego grande de la cocina. Si no tienes suficiente aceite, este se enfriará en cuando introduzca la masa de los churros y no quedarán bien. En fuegos de gas, la potencia correcta es cuando empieces a ver el color naranja en la llama, es decir, casi a máxima potencia).
- Mientras se calienta el aceite, corta la punta de una manga pastelera desechable, instala la boquilla especial para porras y traba el principio de la manga con un clip para bolsas, lo más pegado posible a la boquilla.
- Coloca la manga con la boquilla hacia abajo en el interior de un vaso medidor lo suficientemente alto para rellenarla cómodamente.
- Pon 350 gr de harina de trigo común en un bol de plástico grande.
- Añade 1 cc de sal, ⅓ cc de bicarbonato sódico y remueve todo con una cuchara para que se repartan bien todos los ingredientes.
- Forma un volcán con la harina y vierte poco a poco 350 ml de agua muy caliente del grifo. Ve removiendo el interior del volcán con la varilla manual, incorporando poco a poco toda la harina del borde. Una vez incorporada toda la harina, continúa removiendo enérgicamente hasta obtener una masa uniforme.
- Sin perder tiempo, introduce la masa en la manga pastelera con la lengua de silicona, gira la parte trasera para comprimirla y ciérrala con otro clip para bolsas.
- Comprueba la temperatura del aceite. Cuando veas que la superficie empieza a burbujear, baja el fuego ligeramente hasta que deje de hacerlo. Ahora es el momento perfecto para cocinar las porras. Si el aceite no llega a burbujear o no está lo suficientemente caliente, las porras pueden absorber aceite (en caso de poco calor) o crear una corteza demasiado gruesa (en casa de calor insuficiente), ya que necesitarás más tiempo para dorarlos.
- Retira el clip pegado a la boquilla de la manga pastelera, agárrala con la dos manos, una en la boquilla y la otra justo después del otro clip, y añade a la olla una rueda de masa presionando la manga mientras haces un movimiento circular desde el centro hasta el borde.
- En cuanto la rueda salga a la superficie, húndela varias veces con las pinzas de cocina para que se fría ligeramente también por el lado exterior y no salgan burbujas, con cuidado de no tocar partes crudas con las pinzas para que no se queden pegadas.
- Cuando empiece a estar ligeramente dorada por abajo, dale la vuelta con las pinzas y cocínalas unos segundos por el otro lado. Es importante que la masa no se fría demasiado para que las porras no queden duras.
- Cuando esté dorada por ambos lados, saca la rueda de la olla y escúrrela en un plato sobre 2 papeles absorbentes de cocina.
- Repite el proceso de fritura hasta acabar con la masa.
- Corta las ruedas con unas tijeras de cocina y sirve las porras calientes acompañadas de chocolate a la taza o de café con leche vegetal.
Equipamiento utilizado
- 1 bol de plástico grande
- 1 varilla manual
- 1 lengua de silicona
- 1 manga pastelera
- 1 boquilla para porras
- 2 clips para bolsas
- 1 vaso medidor de 2 litros
- 1 olla grande
- 1 pinzas de cocina
- 1 tijeras de cocina
- papel absorbente
Notas
La temperatura del aceite es crucial para que las porras queden bien. Una temperatura muy baja hará que las porras se encharquen de aceite en su interior y una muy alta provocará burbujas en la masa, deformando la porra y encharcando también el interior a través de las burbujas que se rompen.
Para asegurarte de que el aceite está en su punto, caliéntalo hasta que veas que empiezan a formarse movimientos en forma de pequeñas olas en la superficie, e introduce luego un pedazo de masa como prueba. Cada vez que saques una rueda del aceite, espera a que vuelva a coger temperatura antes de meter la siguiente.
Es importante que el aceite ya halla alcanzado la temperatura correcta cuando mezcles el agua con la harina, para que la masa no se enfríe mucho hasta freírla, lo que provocaría una diferencia de temperatura alta y la consiguiente aparición de burbujas.